Enzo Maresca no se anduvo con rodeos. 'El problema es que cuando se para el partido, ya no es fútbol,' declaró el entrenador. 'Tuvimos una interrupción de hora y media, dos horas... eso no es el mismo juego, porque se rompe el ritmo. Imagínate, dos horas encerrados; la gente hablando con la familia, comiendo, riendo, con el móvil... eso no es fútbol'.
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